Nuestra última jornada en Camboya tocaba a su fin y Jorge y yo cruzábamos sin problema el control de pasaportes del aeropuerto de Siem Reap. Quien no pudo decir lo mismo fue una joven argentina con la que coincidimos en aquellos mostradores. Tenía no sé qué problema con su documentación y su inglés no le daba para entenderse muy bien con el funcionario que le impedía llegar a las puertas de embarque. La parte de mi conciencia que quiso echar una mano tuvo que callarse cuando se impuso la parte de mi conciencia que creció en un ambiente social caracterizado por el "no te metas donde no te llaman", así que mientras hacíamos tiempo hasta que tocase subir al avión que nos alejaría de aquel increíble país, y tratando de disipar el sentimiento de culpa que me invadía por no haber ayudado a aquella chica que, ¿quién sabe? Quizá a estas alturas, como si de Tom Hanks en La terminal se tratase, aún sigue atrapada en el control de pasaportes, víctima de la burocracia camboyana y de su limitado nivel de inglés, me acerqué al duty free y eché un ojo a los libros que estaban a la venta.
De entre todos ellos, os voy a hablar aquí de tres: uno que quise comprar y no compré, uno que no compré pero que sí tengo y otro que sí que compré.
El que quise comprar y no compré, titulado La guía de Angkor. Tu compañero esencial en los templos es, como su nombre indica, una guía de los templos de Angkor. Y es precioso. Resulta que no sólo describe en detalle las estructuras que Jorge y yo recorrimos ensimismados durante dos días, sino que a las fotografías que reflejan el estado actual de cada templo se superponen transparencias con ilustraciones recreando cómo lucían siglos atrás, con colorines y todo.
El problema es que es un libro gordo. Y de tapa dura. Así que me tocó reprimir el deseo de hacerme con él cuando lo tuve en mis manos porque aún teníamos por delante medio viaje y no quería añadir más peso a mi mochilón. De todas formas, un libro tan espectacular sería fácil de conseguir cuando estuviese de vuelta en Austria, ¿no?
Pues no. Resulta que este tomo, de no adquirirse en el propio aeropuerto o en un puñado de hoteles de Siem Reap por un precio de treinta dólares, sólo está disponible en Amazon o en Abebooks, y vale noventa. NOVENTA (de segunda mano, además). Cuando descubrí este desalentador detalle una vez hubo concluido nuestro viaje envié un email al aeropuerto preguntando si me lo podrían enviar directamente, lo que dio lugar a un intercambio de correos con triste final que voy a reproducir a continuación:
Estimado Sr. Aeropuerto:
Hace unos días localicé en el duty free un libro que me habría gustado comprar: La guía de Angkor. Tu compañero esencial en los templos. Sin embargo, no pude hacerlo debido a un problema de espacio en mi equipaje.
Me gustaría saber si podría ponerme en contacto con alguien responsable de la tienda para poder comprar dicho libro y enviarlo a mi dirección actual en Austria, haciéndome responsable de los gastos de envío necesarios.
Muchas gracias y saludos.
Joseá
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Estimado Sr. Joseá:
En este momento dispongo de existencias del libro que desea adquirir. Por favor, indíqueme su dirección y cuántas copias necesita.
Atentamente,
Aeropuerto
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Estimado Sr. Aeropuerto:
Muchas gracias por su respuesta. Querría adquirir sólo una copia del libro. Y la dirección de envío sería Austria. Antes de facilitarle la dirección completa, ¿podría por favor indicar cuál sería el precio total, incluyendo el coste del libro y los gastos de envío?
Un saludo.
Joseá
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Estimado Sr. Joseá:
Tras solicitar presupuesto a DHL, le informo de que el coste total por enviar el libro a Austria, desglosado, sería el siguiente:
Precio del libro: 29,00 $
Gastos de envío: 127,80 $
Impuesto bancario 2%: 3,14 $
Total: 159,94 $
Este presupuesto es válido hasta el final de diciembre de 2022. Si está de acuerdo con el mismo, puede pagar vía transferencia bancaria o tarjeta VISA.
Atentamente,
Aeropuerto
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Estimado Sr. Aeropuerto:
Muchas gracias por su respuesta. Lamentablemente, los gastos de envío sobrepasan mi presupuesto, por lo que no voy a adquirir el libro en este momento.
Agradeciendo la asistencia ofrecida se despide,
Joseá
Si alguien tiene pensado visitar Siem Reap próximamente, que me avise, que le voy a hacer un encargo para cuando pase por el aeropuerto.
El segundo libro, que no compré pero que sí tengo (y esto es debido a, ejem ejem, cierta razón que termina en .epub, .mobi o, en el peor de los casos, en .pdf) se llama Cómo llegó Pol Pot al poder. Me pareció interesante porque, si su nombre da lo que promete, en sus páginas se debería encontrar una explicación a cómo tuvo lugar uno de los más horribles genocidios de nuestra historia reciente (porque ya lo he dicho aquí alguna vez: ya está bien de simplificar estos episodios con el nombre del dictador de turno, una fecha y un número de muertos como si fuese el resultado que da la báscula al pesar la fruta en el Alimerka).
El problema es que este libro es denso de cojones. No he conseguido llegar a la mitad del mismo, y en el camino he tenido que tragarme una descripción muy exhaustiva y nada literaria de alternancias políticas descritas con un nivel de detalle tal, que me hacen sentirme como si me estuviese leyendo el BOE camboyano. Pero bueno, sigo prometiéndome a mí mismo que algún día seré capaz de concluirlo.
Y el último libro, que sí compré allí mismo, y que está relacionado con el tostón anterior, se llama Generación perdida, la historia del rock and roll camboyano. Os pongo una foto para que veáis que esta vez he sido legal:
Debido a que hace algunos meses me tocó sufrir de lo lindo en este blog mientras trataba de comentar un libro no voy a caer en la misma trampa. Resumiendo mucho, diré que este ejemplar relata cómo Camboya experimentó la influencia de estilos musicales occidentales durante la década de los sesenta y setenta. Sus más célebres intérpretes, como Sinn Sisamouth (que llegó a grabar más de quinientas canciones), Ros Sereysothea o Pan Ron no sólo versionaron al jemer éxitos como House of the rising sun, Proud Mary o You've got a friend, sino que dieron comienzo a un género con identidad propia que se fue a la mierda cuando Pol Pot se hizo con el poder en el país.
De todas formas, si esta reseña se os ha quedado corta y tenéis más ganas de que hablemos de música, esperad a la siguiente entrada, que os vais a hartar.
