lunes, 13 de enero de 2025

Aquel viaje. Cronología previa

Una de las primeras cosas que hice cuando decidí que ya era hora año de empezar a hablar de este viaje y comencé a tomar notas que se traducirían en las entradas que pacientemente estáis leyendo ahora, fue echar un ojo a las conversaciones de Whatsapp que mantuve con Jorge, desde que tuvo lugar su propuesta inicial hasta que se produjeron nuestros correspondientes embarques (aclaro que Jorge fue a Tailandia días antes que yo y pasó media semana en Krabi, en el sur, bañándose en sus playas, haciendo kayak, visitando algún que otro templo y conociendo a una pareja de brasileñas muy majas). Al revisar los mensajes intercambiados descubrí que, haciendo alarde una vez más de lo bien que se me da echarle morro y sacar entradas de las más insignificantes nimiedades, podría aprovechar y narrar una cronología que resumiese nuestros preparativos. Así que allá va:

7 de agosto

Jorge me propone viajar con él a Tailandia, Vietnam y Camboya. Un viaje de varias semanas de los de mochila al hombro. Yo le digo que no, pero a las pocas horas rectifico y acepto su propuesta.

9 de agosto

Jorge me envía los primeros enlaces a blogs de viajes con enclaves que merece la pena visitar en Vietnam.

10 de agosto

Jorge sugiere que hagamos alguna ruta en moto. Ni Jorge ni yo hemos montado jamás en moto.

28 de agosto

Jorge empieza a insistir en la importancia de comprar el billete de avión de Viena a Bangkok cuanto antes, so pena de que los precios se disparen. Sin embargo, yo aún no tengo confirmación de que mis vacaciones vayan a ser aprobadas, pues al ser un periodo de más de dos semanas mi jefe necesita pedir un permiso especial o algo así.

2 de septiembre

Jorge y yo hacemos un primer intento de adquirir los vuelos, pero no logramos ponernos de acuerdo en cuanto a fechas y duración.

4 de septiembre

Jorge sugiere que, una vez en Tailandia, vayamos en tren de Bangkok a Chiang Mai, en el norte. Es un viaje de trece horas y mi espalda y yo respondemos que ni de coña. Por mi parte, planteo la opción de alquilar un coche, aduciendo que nos dará más libertad para movernos, y la idea aterra a Jorge (spoiler alert: al final, no hubo ni tren a Chiang Mai, ni coche).

7 de septiembre

Es nuestro aniversario y compramos los billetes a Tailandia.

19 de septiembre

Jorge y yo hablamos acerca de la sugerencia que me ha hecho un compañero de oficina: asistir a un ping pong show en Bangkok. Ya daré más detalles sobre esto en el futuro.

24 de septiembre

Siguiendo mi consejo, Jorge se ha abierto una cuenta de Revolut (Revolut NO está patrocinando nada de esto, aclaro). Es mi opción preferida a la hora de hacer pagos en el extranjero por dos motivos: el primero es que mi cuenta austriaca no me lo permite. El segundo es que no tengo ni idea de cómo funciona el cambio de divisas y prefiero sacar a pasear la tarjeta sin pararme a pensar en las comisiones que me puedan clavar. Simplemente hago los pagos o saco dinero del cajero automático allá donde esté y que sea lo que Dios, Buda, Alá o la deidad de turno quiera. Pues bien, Jorge está teniendo problemas con la verificación de su cuenta y al final decidirá llevar encima un manojo de billetes de euro e ir adquiriendo moneda local en distintas casas de cambio.

27 de septiembre

Le cuento a Jorge que estoy tratando de organizar mi plan de vacunación previo al viaje, pero en esos días estoy contagiado de covid y poco puedo hacer encerrado en casa.

14 de octubre

Compro el mochilón que usaré para llevar mi equipaje. Jorge me pregunta por el tamaño del mismo y le indico que mi novia podría caber dentro. También debatimos la opción del seguro de viaje, pues un tío de su novio trabaja en una aseguradora o algo así y nos sugiere una póliza con cláusulas ilegibles (entre otras cosas porque el pavo nos manda todos los documentos en alemán, que ya le vale). Al final, no sé qué decisión toma Jorge, pero yo contacto con la agente responsable de nuestro propio seguro de hogar y lo amplío para que nos cubra los viajes (cobertura de la que, Dios no lo quiera, también podría llegar a aprovecharse mi novia, llegado el caso). La agente me indica que uno de los supuestos incluidos es el rescate en helicóptero, y la parte más gilipollas de mi cerebro desea que pase algo chungo porque nunca he volado en helicóptero y sería toda una experiencia (spoiler alert: no pasó nada grave y para bien o para mal me quedé sin volar en helicóptero).

15 de octubre

Recibimos una notificación de una de las líneas aéreas informando de que el vuelo de Bangkok a Siem Reap ha sido cancelado. Nos toca replanificarlo (no sé por qué el editor me marca la palabra "replanificarlo" como errónea, pero bueno) y reducir nuestro tiempo de estancia en Camboya. Este detalle no me importa en ese momento porque, ignorante de mí, sólo estoy interesado en los templos de Angkor y no soy consciente de que el país me ofrecerá muchísimo más que eso.

16 de octubre

Jorge comienza a reservar hoteles. Elige dos para cada ciudad en la que haremos noche con la idea de enseñármelos después y cancelar el que no nos guste en cada caso.

24 de octubre

Jorge me confiesa que al final no se ha vacunado de la rabia y yo le respondo que por su bien no se tire a ningún murciélago. Que yo sepa, Jorge seguirá mi recomendación, pero se llevará un pequeño susto al sufrir el ataque de otro tipo de animal.

5 de noviembre

Jorge y yo hablamos acerca de opciones en cuanto a ropa de abrigo y lluvia. Descartamos llevar paraguas porque es un engorro. Mi única ropa de abrigo consistirá en un forro polar y un chubasquero fino. Me arrepentiré de ello.

8 de noviembre

Jorge me hace saber que le ha dado a su madre tanto mi número de teléfono como el de mi novia, pues nunca se sabe lo que puede acabar pasando.

10 de noviembre

Varios días después de haber pedido la visa para entrar en Camboya, aún esperamos una confirmación del gobierno de allí, el ministerio pertinente o quien sea que se encargue de tramitar este papeleo. Un ligero nerviosismo nos invade debido a ello y yo intento relajar la situación proponiendo que, de no contar con dicha visa cuando llegue el momento, sobornemos al guardia del control del aeropuerto.

12 de noviembre

Le envío a Jorge el vídeo del derrape de Chechu. Esto no tiene NADA que ver con el viaje, pero me apetecía contarlo porque dicho vídeo lleva casi veinte años haciéndome gracia.

fuente: youtube
¡Ha' un derrape, corre! ¡Ha' un derrape, ha' un derrape, corre!

13 de noviembre

Jorge tiene el mochilón abierto en el salón de su casa para poder prepararlo con calma porque no tiene gatos que se puedan colar dentro a joder y debatimos acerca de cuántas camisetas llevar (spoiler alert: yo metí menos de las que debería y acabé comprándome varias por ello). Jorge comenta que probablemente compre porcelana en Vietnam y teme que su mochilón no cuente con capacidad suficiente. Le tranquilizo asegurando que si es tan grande como el mío podrá traerse dentro del mismo hasta un prostituto tailandés pequeñito.

16 de noviembre

Jorge me informa de que ha embarcado en el vuelo a Bangkok. A su lado hay un pasajero que huele fuerte a tabaco y sudor.

20 de noviembre

Informo a Jorge de que he embarcado en el vuelo a Bangkok. Por suerte, no hay nadie cerca que huela fuerte a tabaco y sudor.

Licencia Creative Commons

No hay comentarios:

Publicar un comentario