lunes, 19 de diciembre de 2016

Plas

Quienes seguís este blog pensaréis que mi cerebro vive atrapado en Isla Viejuna (el concepto Isla Viejuna lo voy a utilizar bastante a partir de ahora, que me ha gustado), renegando de todo progreso y modernidad. Y en parte es cierto. Os pongo un par de ejemplos: considero que escuchar la música actual es una pérdida de tiempo porque TODAS las cantantes que salen hoy en día en la MTV tienen la misma voz que Rihanna (o lo intentan) y que las notas de voz de Whatsapp son, por decirlo de forma suave, una putísima mierda.

No obstante, y aunque os cueste creerlo, algunas veces abandono el feliz tiempo pasado en el que vivo para adentrarme en el caótico mundo de lo millennial. Y la última vez que esto ha ocurrido ha sido a raíz del Affaire Caranchoa. En parte porque no me ha quedado más remedio (pues tiro de Youtube para escuchar música mientras trabajo y estos días Youtube está SATURADO de vídeos relacionados con el tema) y en parte por iniciativa propia. Y es que ver a un youtuber recibiendo una hostia me produce la misma sensación que a Miguel Gila pasarse una Filomatic por el rostro.

fuente: Youtube
Lo sé. Regocijarme ante esta escena me convierte en una persona miserable, pero hay gente que disfruta viendo MasterChef y a ellos no les decís nada

¿A qué puede deberse el hecho de que el ser testigo de una guasca bien dá no sólo no me indigne, sino que llegue a producir en mí un ligero placer cargadísimo de sadismo? Pues no lo tengo muy claro (y, sinceramente, creo que soy más feliz desconociendo la respuesta a esa pregunta). Sin embargo, no he podido evitar el darle un par de vueltas al tema (sólo un par, que estos días ando liadísimo), y me he dado cuenta de que no es la primera vez (ni será la última) que una hostia ajena tiene algún efecto, bueno o malo, en mi psique, y de eso os quiero hablar hoy. Así que, para vuestro deleite, os presento las diez hostias que, a pesar de no haberme llevado yo directamente, han influido en mi vida de una forma u otra. Y todas ellas acompañadas de imágenes de pésima calidad.

Ojo, esto no es un ranking, y las hostias no están enumeradas en un orden particular.

1-La hostia de Ruiz Mateos a Miguel Boyer


fuente: Youtube
Yo pongo el brazo igual para hacer un pato con sombras en la pared

José María Ruiz-Mateos no tenía ningún problema en perder la dignidad si alguien osaba tocar su dinero (requisito indispensable si quieres entrar en el Opus, por otra parte), y en mayo de 1989 dio el cante por enésima vez al protagonizar una fuerte bronca con el entonces presidente de Cartera Central y ex-ministro de Hacienda Miguel Boyer que culminó con aquél poniendo el brazo como Steve Strange en Fade to grey cuando tiene dibujada la serpiente (esta referencia sólo la pillamos mi hermano y yo) y arreando un puñetazo a Boyer al grito de "¡Yo te pego, leche!".

¿Por qué me marcó? Porque yo era muy pequeño cuando aquella agresión tuvo lugar (sólo contaba con dos añines) pero sí que recuerdo todas las parodias y los chistes que vinieron después. Incluso Francisco Ibáñez, dibujante de cómics al que adoro (y al que he copiado alguna vez con gran descaro) solía caricaturizar a Ruiz-Mateos haciendo referencia al incidente. Esto provocó que una de las primeras ideas que quedaron grabadas para siempre en mi inocente cerebro infantil fuese que se puede sacar humor de la violencia. Al menos en la España de los noventa.

2-La hostia al legionario Saldaña (o Soraya, según la fuente)


fuente: Youtube
Cuando te dan una hostia tan fuerte que te pixelas

No voy a utilizar esta entrada para dar mi opinión abiertamente sobre la Legión Española. Sólo diré que, viendo a los legionarios protestar contra la retirada de una calle dedicada a Millán Astray, el que haya un vídeo en el que muestran un comportamiento de lo más animal al soltarle una hostia espectacular a a uno de sus semejantes, NO ME EXTRAÑA EN ABSOLUTO.

¿Por qué me marcó? Porque la primera vez que vi el vídeo fue en la pantalla de 2,1 pulgadas de mi móvil Nokia 6630. Y, dejando a un lado que se trata de una agresión denunciable y que desde un punto de vista moral no tiene nada de gracia, dicho vídeo, junto con el del derrape fallido de Chechu abría para mí el camino del hijoputismo multimedia al alcance de la mano, todo gracias al Bluetooth y a conocer a gente con un sentido del humor más negro que los cojones de un grillo dispuesta a compartir el material almacenado en sus móviles.


3-La hostia al niñato del metro de Valencia


fuente: Youtube
Gran Torino, versión Levante

Hace unos años (no he logrado encontrar la fecha exacta y no me apetece indagar demasiado) un vídeo de Youtube se hizo bastante popular debido a su contenido: un criajo acompañado de sus amigos, quienes se encargan de reírle las gracias e inmortalizar el momento, a bordo del metro de Valencia, se burla de un anciano sentado junto a él. El crío, imagino que acostumbrado a irse de rositas cada vez que actúa con semejante chulería, es expulsado fulminantemente de su zona de confort por el hombre, a través de un agarrón de cuello que le pone los huevos por corbata. Y de los cientos de vídeos que se subieron a Youtube después haciendo mofa del niñato, mejor no hablar.

¿Por qué me marcó? Porque, pese a que estoy cada día más convencido de que nuestra especie está condenada a una merecidísima extinción, la hostia al niñato del metro de Valencia constituye uno de los poquísimos motivos que tengo para reconciliarme con el ser humano y recuperar la fe en nosotros mismos.

4-La hostia a Silvio Berlusconi con una figura del Duomo de Milán


fuente:Youtube
La mancha marrón es la figura del Duomo. Creedme

En diciembre de 2009, tras dar un mitin en Milán, el político Silvio Berlusconi sufrió el ataque de un hombre con problemas mentales, quien le arrojó a la cara un souvenir de yeso del Duomo (que, por cierto, me parece MUY BONITO. Y estoy hablando del Duomo, no de la agresión. Al menos no del todo).

¿Por qué me marcó? Porque ver cómo había quedado Il Cavaliere tras el impacto del duomo me demostró que me equivocaba en una idea que había tenido hasta entonces. Y es que yo creía que la cara de Berlusconi estaba hecha de cemento. Y no, mira tú.

5-La hostia a Rajoy en Pontevedra durante un acto de campaña


fuente: Diario de Pontevedra
Carallo, qué hoshtia

En diciembre del año pasado, durante un acto de campaña electoral, el Presidente del Gobierno Mariano Rajoy se daba un baño de multitudes en Pontevedra. Un joven de diecisiete años, con la excusa de tomarse una foto con el mandatario, le endiñaba a éste un puñetazo que le rompía las gafas y le dibujaba un mapa de Mallorca en la sien. Por momentos, aquéllo pareció nuestro JFK en Dallas patrio, pero la cosa no fue a mayores y sólo quedó en anécdota.

¿Por qué me marcó? Porque me demostró una vez más que el periodismo español da mucho asco: todos los medios pagados por el Gobierno se frotaban las manos ante el superhipermegaescándalo que te cagas que supondría el que un radical-terrorista-independentista-titiritero-antisistema cercano a Podemos hubiese calentado la cara a nuestro Amado Líder (y algunos llegaban a retocar la foto del magullado presidente para que aquello pareciese aún más grave), y al final no les quedó más remedio que meterse la lengua en el culo cuando se descubrió que el muchacho no sólo no tenía nada que ver con la izquierda, sino que encima era pariente lejano de la mujer de Rajoy. Emilia Pardo Bazán se lo habría pasado teta con esta escena de costumbrismo gallego. Estoy totalmente seguro.

6-Las hostias que le daba el Chavo a Quico de tres en tres


fuente: Televisa
Una, dos, tres. Maravilloso

Mi madre descubrió esta joya de la comedia que es El Chavo del ocho una tarde de finales de los noventa mientras buscaba en televisión algo que mereciese la pena ver. Y yo recuerdo perfectamente lo que pensé cuando pasé por delante de la tele de la cocina y contemplé a un grupo de actores mexicanos entrados en años vistiéndose y comportándose como niños: "menuda mierda". Al día siguiente, mi madre volvió a sintonizar La 2 a la misma hora y me dijo que aquella serie le había gustado, así que le di una oportunidad al Chavo. Dos días más tarde, mi hermano y mi padre se unieron a nosotros en lo que comenzaba a ser un ritual familiar, y a la semana siguiente comencé a grabar cada episodio. Y aún conservo siete cintas VHS con capítulos del Chavo. El Chavo rules, madafacas.

¿Por qué me marcó? Porque un gag recurrente acaba cansando, pero esta situación no se da con la triple hostia chavera (no digo chavista para no liarla). El sonido de campana que acompaña a cada golpe y esos frenéticos cambios de plano hacen que disfrute como un enano (perdón, como gente pequeña) cada vez que el Chavo se la raja a Quico. Que la serie no contaba con los recursos de una superproducción de la HBO, pero esta escena, unida a su humor ácido hizo que adorase una serie que ha envejecido mucho mejor que Seinfeld. Ahí queda eso.

7-El pisotón de Simeone a Julen Guerrero


fuente: Youtube
Pisa, morena. Pisa con garbo

Hubo una época en la que me gustaba el fútbol (más tarde vi que era todo un negocio y me dediqué a aficiones más interesantes, como a ver porno), y mi futbolista predilecto era Julen Guerrero (porque era, y me imagino que seguirá siendo, amigo de un pariente lejano que tengo en Vizcaya, no os lo perdáis). Por ello no es de extrañar que me horrorizase el contemplar cómo Simeone, mientras se disputaba un balón que se iba por la banda con Julen Guerrero durante un encuentro de Liga Athletic-Atlético, le clavase los tacos a mala leche, dejándole el muslo como la cara de Pedro Casablanc.

¿Por qué me marcó? Porque eso estuvo muy feo, Simeone. Y por el karma.

8-La hostia de Adolfo a Guille en Farmacia de guardia


fuente: Youtube
Perdonad el efecto túnel. No he encontrado una imagen de mayor calidad

Entre 1991 y 1995 en mi casa se veía Farmacia de guardia (los jueves por la noche, me acuerdo). Y tiene sentido, pues era una comedia familiar bastante entretenida, al igual que todas las comedias familiares dirigidas por Antonio Mercero. Sin embargo, el episodio vigésimo primero de la quinta temporada, titulado No te bebas la vida (lo sé, se ve de puta pena), incluía una escena que buscaba remover conciencias, sin llegar al nivel de los anuncios de la DGT, que ésos directamente removían estómagos (algo que me parece bien, pues la gente no es consciente de que hay que ser muy hijo de puta para mezclar alcohol y volante). En dicha escena, Guille y el Marmota traían al Piña borracho como una cuba y al borde del coma etílico. Adolfo, el padre de Guille, al descubrir que su hijo también se había pasado bebiendo, le endiñaba un guantazo que le entraba tan bien como un café con sal.

¿Por qué me marcó? Porque yo no me esperaba que un capítulo de Farmacia de guardia me sacase de mi zona de confort, que se suponía que la serie era una comedia. ¿Por qué tuviste que jugármela de esa manera, Antonio Mercero? ¿POR QUÉ? De hecho, estoy muy convencido de que debido a aquella hostia de Adolfo a Guille probé el alcohol con varios años de retraso con respecto a mis amigos.


9-La interminable escena de hostias de la película Están vivos


fuente: Alive Films
"Que te pongas las putas gafas, he dicho"

Mi hermano me recomendó con gran acierto la película Están vivos (They live) de John Carpenter. Y ahora que TODO lo que se rueda son secuelas, precuelas o refritos, es de agradecer el poder ver algo original. El argumento es una ida de olla total, pero es lo que caracteriza a las películas de John Carpenter. Y lo que las hace tan buenas (al menos para mí). Lo que no me esperaba es que en Están vivos se colase una escena de pelea totalmente absurda: cinco minutos en los que Roddy Piper y Keith David se zurran en un callejón porque el segundo no quiere hacer caso al primero y ponerse las gafas de sol que le está ofreciendo. No os doy más detalles porque no quiero destriparle el argumento a quienes aún no la han visto.

¿Por qué me marcó? Porque es una escena innecesaria en una cinta casi perfecta; y a los veinte o treinta segundos ya me tenía descolocado y reflexionando acerca de si debería o no seguir viendo la película. Y, como ya he dicho más arriba, no me gusta que me saquen de mi zona de confort.

10-La hostia narrada por Gomaespuma en uno de sus libros


fuente: Editorial Temas de hoy
Una hostia escrita. Y es de las mejores

Soy muy fan de Gomaespuma. No sólo me meaba de risa camino del instituto mientras les oía en M80 cada mañana (aprovecho para lanzar un mensaje: si pillo al cerdo que en tercero de ESO me robó el transistor Philips que mi abuela me regaló con todo su cariño, LE CORTO LOS HUEVOS), sino que me lo pasé en grande leyendo sus obras Quién me mandaría meterme en obras, Grandes disgustos de la Historia de España y Familia no hay más que una. De este último libro (el que más me gustó) llegué a memorizar capítulos enteros tras desternillarme con ellos. Concretamente bueno es aquél en que narra cómo el hijo mayor, tras una temporada fumando a escondidas, decide confesar su vicio a su padre. Bueno, en la imagen está el texto, así que haced vosotros el esfuerzo y echadle un ojo, que lo queréis todo masticadito, coño.

¿Por qué me marcó? Porque no es fácil hacer reír por escrito (ejem, ejem), y los del dúo Gomaespuma me hicieron hacer reír muchísimo sólo con este fragmento. Así que imaginad el resto del libro. Bueno, no hace falta que imaginéis mucho. Todo lo que hacen Guillermo Fesser y Juan Luis cano ES DESPICHANTE.

Para que algunos digan que la violencia no sirve para nada. Pues a mí me ha servido para escribir una entrada, mira tú.

Licencia Creative Commons

No hay comentarios:

Publicar un comentario